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Alabaster, un vino y haiku toresano

El vino y la palabra van de la mano, un invento humano que se apoya en distintas artes y con conceptos simétricos, culturales, gramaticales y morfológicos. Lingüísticamente el concepto palabra nos crea un problema abierto, morfemas ligados, clíticos, categorías gramaticales, morfosintácticas, etc… un mundo de palabras que con el tiempo han servido para comunicarnos, expresarnos y dejar de manera impresa un legado, una cultura y un idioma, vinculado a pueblos y comarcas.

El vino, al igual que la léxica, ha sido una manera de expresarnos, de comunicarnos, de crear riqueza no solo en valor económico, sino cultural, de satisfacción en su consumo, de sabiduría en su cultivo y elaboración a través de los tiempos, en definitiva, el vino es unión y cohesión de pueblos y personas.

En Valdefinjas, cerca de Toro se elabora un vino denominado Alabaster, su traducción al castellano es Alabastro, palabra proveniente del latín “Alabastrum”, una variedad de sulfato de calcio, piedra de yeso que tomando forma compacta se usaba para hacer vasijas de perfume sin asas, no permitir que se escapase la esencia era su cometido. La búsqueda y preservación de esa esencia está vinculada a la familia Eguren a través de su bodega Teso la Monja.

Viñedo Pago Valmediano

La familia Eguren tras la venta de Numanthia mantiene clara su apuesta por seguir vinculados a unos grandes viñedos, al igual que los fundadores de la biblioteca de Alejandría, Marcos y Miguel podrían considerarse los grandes Ptolomeos, defensores y guardianes de una cultura que a través de sus vinos tratan de divulgar.

Alabaster es uno de los vinos que elabora la bodega, Románico, Almirez, Victorino y Teso la Monja son sus compañeros de estantería, este vino proviene de unos viñedos pre-filoxéricos, plantados de manera autóctona hace un siglo, viñedos que oscilan entre los 800 y 900 metros de altitud con unos suelos de grabas y arenas, magnifico drenaje que favorecen con una cuidada viticultura biodinámica.

Grano a grano y despalillado manual, fermentaciones alcohólicas en tinas de roble y pisados tradicionales, barricas nuevas de roble francés son el destino para una fermentación maloláctica. La crianza se desarrolla durante casi dos años. El resultado es un vino con mucha identidad, un vino de finca, de Terroir que con un color amoratado en su ribete, oscuro, voluminoso en nariz, fruta negra madura, fino y elegante a su paso, equilibrado y persistente final.

Las palabras son impresas en los libros para su lectura, su consulta y su divulgación, la viña se manifiesta a través de sus frutos que una vez vinificada es embotellada para su disfrute, a través de la copa se percibe su esencia, sus características organolépticas son expresadas por su creador, en este caso Marcos Eguren al que yo personalmente considero un poeta vínico, ha creado una gran obra, una obra que es parte de la gran biblioteca que atesora..

Alabaster es,

esencia atesora,

vino de Toro

Vicente González
  • Alabaster 2018
  • Bodega:  Teso de la Monja. Polígono 1, Parcela 1416, 49882 Valdefinjas, Zamora
  • Teléfono: (+34) 980 56 81 43
  • Web: https://www.sierracantabria.com/las-bodegas/teso-la-monja/
  • DO: Toro
  • Tipo: Tinto, 14,5%
  • Cepas: Tempranillo 100%
  • Precio: 140 Euros
  • Puntuación: 98/100

Museum Numerus Clausus 2010. Carácter y elegancia

De Cepa en Cepa es el inicio de un camino con la sumisa intención de dar a conocer parcelas, garajes, personas y vinos que están discretamente ocultos al público en general, privados de un reconocimiento merecido, haciendo justicia pondré mi grano de arena y mis humildes palabras para describir a estos grandes productos, lugares y personas.

Como este primer artículo va de justicia he querido empezar por un vino que solo en su nombre evoca derecho y taxativamente un número de unidades limitadas. Museum Numerus Clausus 2010.

Este vino proviene de parcelas de la Do Cigales, tierras conquistadas a los Vacceos por las legiones romanas, una comarca poblada en esa época por etnias (tribus: astures, vacceos, arévacos, etc.), estos antiguos pobladores dedicados al cooperativismo agrario.

La gente de los Vacceos reparten anualmente la tierra que poseen entre sus miembros, repartiendo la cosecha según las necesidades de cada cual, condenado a muerte quienes oculten algo o guarden para sí lo que no les corresponda.

Diodoro De Sicilia.

Las pisadas de las sandalias romanas a estas tierras de la Ribera del Pisuerga marcan un inicio prometedor a un enclave que siempre ha pasado del epicentro a la frontera, 2000 hectáreas de viñedos con distintos terruños que miran a un rio acomplejado pero siempre valeroso en aguas frente a su portero fluvial rio Duero.

En este enclave los romanos construyeron un puente vigilado por un alto cerro o cabezo que da nombre al municipio De Cabezón de Pisuerga, este puente fue el epicentro de un ir y venir de gentes de paso a toda la cornisa cantábrica ya que este paso fluvial unía Astúrica Augusta (Astorga) a Clunia (Peñalba de Castro) en época romana.

Es en esta época cuando se sospecha la plantación de vides ya que la dieta del soldado romano según Polibio era de vino, al soldado se le asignaba una ración mensual de tres modios de vino (el modio equivalía a 8,736 litros-kilos).

Este puente de gran relevancia en la época medieval y que hace que a través del cobro de un portazgo por cruzarle se asienten en la comarca monasterios cistercienses, grandes precursores del cultivo de la vid para acompañar el rito religioso cristiano.

Para acabar esta introducción histórica de la comarca y siendo lo más breve posible no puedo pasar por alto la importancia de la zona en el siglo de Oro Español, los vinos de Cigales regaban a las cortes de Castilla afincadas en Valladolid y los amplios festejos de sus nobles en época de Carlos V y su hijo Felipe II provenían de unas viñas a las que hago referencia.

El asentamiento vitícola en la comarca es para sacar pecho, pero la vitivinicultura de la zona durante años ha sido la elaboración de claretes que a partir del año 1985 experimentan con tintos, viñas centenarias dedicadas a la elaboración de rosados de escaso valor en el mercado pero con amplia tradición.

En 1999 se asienta en estos paramos Finca Museum, marca creada por la expansión del Grupo Barón de Ley fuera de La Rioja, camino iban de cruzar el Pisuerga dirección al rio Duero pero una corazonada y un viñedo singular les hace optar por asentarse en esta zona, aquí nace la nueva historia de un vino singular y único que manifiesta el potencial de unos viñedos que nada tienen que envidiar a sus vecinos de la cuenca del Duero.

Viñas de 100 años de escasa producción.

El terroir de las parcelas de las que posteriormente nace este vino son pobres pero diversos, arenas con limos, guijarros o cantos rodados en la superficie que calientan los racimos en las frescas noches de su previa vendimia aportando una fascinante y lenta maduración. El fondo de los suelos son margas y arcillas donde se dirigen las raíces de estas viñas con más de 100 años buscando para sus frutos humedad, color y finura, viñas que a través de los años y en formación evocan a las legiones romanas impregnando cosecha a cosecha elegancia y singularidad.

Canto rodados sobre gravas. Autentico Terroir.

El clima es severo, alta insolación estival y muy reducida en inviernos crudos, la temperatura varía entre 39º C y -6º C. Las tres parcelas de las que proviene tienen un rendimiento irrisorio, de 1000 a 1500 kg hectárea plantadas a una altitud de 800 metros sobre el nivel del mar.

4000 botellas numeradas que muestran la exclusividad, la elegancia y la finura creadas por la fermentación exclusiva de levaduras indígenas de la propia biología de las viñas de las que proceden.

La crianza de Numerus Clausus se realiza en roble francés de dos tonelerías distintas durante 30 meses, embotellado en julio de 2014 duerme en reposo y oscuridad durante 41 meses.

Un vino con gran limpidez y brillantez, de color oscuro granate, en el borde de la copa muestra su disposición a durarnos años mostrándonos reflejos rubí. En nariz es grandioso e intenso mineralmente, balsámico, raíz fresca y especias marcadas de recuerdo a clavos, frutas de zarza, notas a toffe y finura en roble.

En su paso bucal es aterciopelado, goloso, amplio y equilibrado, denso y manifiestamente elegante y fino.

Un vino que muestra el potencial de la comarca para la elaboración de tintos gracias a un patrimonio vitícola inmejorable, viñedos que con pasión y paciencia nos expresan ese carácter autóctono de Cigales.

  • Bodega: FINCA MUSEUM VIÑEDOS Y BODEGAS
    • Ctra. Cigales – Corcos Km. 3
    • 47270 Cigales, Valladolid (España)
  • Teléfono: (+34) 983 581 029
  • Web: http://www.bodegasmuseum.com/
  • DO: Cigales
  • Tipo: Tinto, 14,5%
  • Cepas: Tempranillo 100%
  • Precio: 65 Euros
  • Puntuación: 96/100

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