Viñedos viejos. Un patrimonio natural. Primera parte

La vid, al igual que el resto de los cultivos leñosos, tiene algunas peculiaridades. Las dos más importantes son: que su implantación en el terreno se hace con el fin de que su vida sea larga y permanezca durante años, y la segunda que todo lo que ocurra en un año determina y condiciona lo que acontecerá al año siguiente. 

El cultivo de la vid data de muy antiguo al igual que la transformación de su fruto en vino, donde ya la cultura egipcia, allá por el año 3.000 antes de Cristo, elaboraba vino como lo atestiguan los restos de mosto fermentado encontrado en algunas ánforas de barro. Sin embargo, me centraré en la viticultura española desde el siglo XX al actual, donde el vino ha ido pasando de ser un mero alimento cotidiano a una bebida alcohólica de placer, de fiesta, de reunión. En definitiva, el vino, en la actualidad, sin perder oficialmente la categoría de alimento, es ahora una bebida me atrevería a decir que hedonista. 

Nuestros abuelos plantaron las vides en los lugares más inhóspitos, y no porque pensaran en la calidad del vino que querían elaborar, sino porque las mejores tierras la dejaban para los cultivos de primera necesidad que dieran de comer, sabiendo que la vid aguantaba esos suelos pedregosos, pobrísimos y con laderas imposibles. Son precisamente algunos de esos viñedos los que han llegado hasta nosotros, algunos tienen cien años o incluso algo más. Algunos pueden ser de pie franco y otros no. Los de pie franco son los que estaban plantados antes de la plaga de la filoxera que entró en España a finales del XIX y que lograron sobrevivir, sobre todo los que se asentaban en suelos muy arenosos donde el insecto “Phylloxera vastatrix” tiene dificultad de movimiento e incluso al ser arados el movimiento de la tierra también es menor. 

En la actualidad parece estar de moda hablar de viñedos viejos. Pero al aficionado al mundo del vino y de la viticultura le tienen que surgir muchas preguntas, ¿Cuándo podemos considerar que un viñedo es viejo? ¿La uva de un viñedo viejo realmente es mejor que la de uno joven? ¿Todos los viñedos viejos son iguales? 

Una cepa es un ser vivo y como tal está expuesta a innumerables factores intrínsecos y extrínsecos. Los primeros son su propia genética y por tanto fisiología, y los segundos son los factores del medio tanto natural como del ser humano. En base a ellos la cepa vivirá más o menos tiempo y con una salud mejor o peor, lo que irremediablemente condicionará la calidad de su fruto, la uva. Por tanto, no todos los viñedos viejos son iguales ni van a dar la misma calidad de uva. 

En líneas generales y sobre todo desde un punto de vista fisiológico podríamos considerar que un viñedo viejo es aquel que supera los cuarenta o cincuenta años, teniendo en cuenta que podemos encontrar viñedos con veinte años que sean viejos, y otros con cuarenta que estén en plena plenitud, todo dependerá de esos factores a los que hacía referencia anteriormente. 

Me gustaría desglosar los viñedos viejos en dos grupos, los muy viejos que serían aquellos cuya edad supere los sesenta años y los que estarían entre los cuarenta y esos sesenta años. Esta subdivisión, que tampoco sería exacta, la hago por dos motivos: la primera porque en los viñedos muy viejos el sistema radicular está basado en pie franco o en vides americanas, sobre todo de la variedad Rupestris de Lot, y la segunda porque las técnicas de cultivo se hacían sobre todo con tracción animal y apenas existían productos de síntesis en fitosanitarios ni abonos minerales. 

Mientras que en los viñedos menos viejos, ya se empezaba a utilizar en el sistema radicular hibridaciones de vides americanas y el uso del tractor se empezaba a generalizar. ¿Existen diferencias en las uvas producidas entre estos dos subgrupos de viñedos muy viejos y menos viejos? Por supuesto que la hay y en otros artículos las veremos. 

Sin embargo y a continuación, en este primer artículo hablaré solo de los muy viejos. 

Este grupo de viñedos muy viejos a su vez podríamos dividirlo en los pre-filoxéricos y en los que se plantaron después de la filoxera. La diferencia estriba principalmente en la raíz, donde los pre- filoxéricos están plantados a pie franco, es decir, raíz y parte aérea es el mismo individuo tratándose por tanto ambos de la especie Vitis Vinífera, mientras que en los plantados después, la raíz es un individuo al que se le llama patrón o pie y la parte aérea sigue siendo Vitis Vinífera. El patrón pertenece también al género Vitis pero la especie es distinta, tratándose de hibridaciones o no de las siguientes Vitis: Berlandieri, Rupestris y Riparia. Estos patrones, todos resistentes a la filoxera solucionaron el problema, pero además, la hibridación entre ellas tiene otras muchas ventajas como la resistencia a la caliza, al encharcamiento, a la salinidad, a la sequía, a la compactación del suelo, a lo nematodos, etc. 

Otra características de estos viñedos muy viejos son sus variedades (parte aérea) y por ende su material genético, parte del cual al arrancar sus cepas se pierde. Por ello, considero que estos viñedos forman parte de un patrimonio natural que habría que cuidar o cuando menos estudiar e identificar. Estos viñedos no son rentables salvo que el vino se venda muy caro, aunque ello no signifique necesariamente que sean vinos de más calidad que otros, simplemente serían vinos de unas variedades ahora inexistentes o aunque fueran de variedades actuales como consecuencia de la adaptación al medio, su vejez y el cuidado que reciban del viticultor serán, sin duda, vinos distintos. Además, otro papel importante de estos viñedos, es que fijan suelo y evitan la erosión, sobre todo los que están en laderas imposibles y en suelos muy pobres. 

Otra particularidad de estos viñedos muy viejos es que están plantados en secano, en suelos muy pobres, su conducción es en vaso, y con marcos de plantación, según zonas, más estrechos. 

Concluyendo, estos viñedos muy viejos que han logrado sobrevivir hasta nuestros días es una riqueza natural que hay que preservar, hay que identificar y hay que guardar material vegetal. Porque como todo ser vivo, y a pesar de que algunos viticultores se empeñen en rescatarlos, llegará el día en que mueran.

Tomás Jurío Sanz
Últimas entradas de Tomás Jurío Sanz (ver todo)

Anterior

Cepas de Pie Franco. Un tesoro de singularidad

Siguiente

La Sumillería en la actualidad

2 comentarios

  1. YP

    Me encantaaaaa!!!! Fácil de entender, ameno, y transmite un profundo amor a la viña!!!

  2. José María Garcia Sanz

    Muy didáctico y entretenido fácil de leer y fácil comprension

Todos los derechos reservados & Elcatavinos